BOMBAS.Vidrio soplado
Bombas

2014-2018
Vidrio soplado
BOMBAS.Vidrio soplado

Bombas

2014-2018
Vidrio soplado
BOMBAS.Vidrio soplado
BOMBAS.Vidrio soplado
BOMBAS.Vidrio soplado
BOMBAS.Vidrio soplado

BOMBAS


2014-2018
Vidrio soplado

(Texto que hizo parte de la investigación curatorial para la exposición individual de Sonnia Yepez en Museo La Tertulia, 2018)

¿Puede un objeto contener, implicar, asumir y ser una acción al mismo tiempo?

Probablemente no, en un sentido objetivo o bajo la lógica de una gramática, ontología o quizá la física en donde una cosa es una cosa, y la importancia de sus contornos, límites conceptuales y la determinación de sus características la definen.

Piénsese en la acción de soplar.

Se soplan las velas del cumpleaños, se sopla el Diente de León para esparcir unas semillas que esperan el viento para ser diseminadas (realmente se sopla porque es muy bonito de ver), se sopla la comida caliente, el polvo acumulado en una mesa, el casete de un video-juego, se sopla el jabón para crear burbujas; se sopla un ojo para sacar un mugre. Se soplan las bombas y se sopla el vidrio ardiente para ser moldeado.

Todo soplo moldea, en diferente medida, su entorno.

Es así que el viento que mueve los árboles, parece ser soplado desde las nubes.

La rosa de los vientos, o mapa de vientos en el globo terráqueo, se representaba con querubines o viejos barbados soplando desde todos los hemisferios (entre ellos, y aunque no tenga que ver con el tema de este texto: Tramontana, Mediodía, Levante y Poniente; Gregario, Siroco, Lebeccio y Mistral), intentando definir la dirección de los vientos para la navegación (moldear el movimiento).

De esta manera, Bombas (2014 – 2018) es un objeto moldeado por el viento dos veces. La primera de ellas en el taller del artesano que moldea el vidrio, soplándolo, para que parezca una bomba, y en nuestra memoria que, debido a que vemos un cristal, se nos manifiesta la necesidad de soplar quizá para comprobar algo, quizá porque el objeto y su materialidad chocan con nuestra experiencia.

De esta forma Bombas, la escultura, se puede pensar como un objeto que es una acción al mismo tiempo... Pero habría que hacer una concesión poética al pensar el objeto.

Las semillas diseminadas moldean el paisaje, las velas se apagan y se moldea la luz, se moldea la temperatura de la comida, se moldea la superficie de la mesa al quitar el polvo, se moldea la vista una vez se expulsa el mugre del ojo.

Bombas, la escultura, es el registro de un soplo que moldea el cristal (caliente y al rojo vivo, mientras se puede) hacía una forma que reconocemos todos. Un soplo que hace parecer un vidrio a un globo, y a su vez nos hace consiente de ese soplo que no está, ya que el globo parece estar desinflado y al mismo tiempo el soplo ya fue, hace tiempo, de la boca del artesano. Y más tiempo atrás, de la boca de dios con el soplo que, según la biblia, dio vida a Adán.

Entorno y soplo son lo mismo.


Breyner Huertas
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