LO QUE NO ES DE ESTE MUNDO






En el delirio se le habían caído del tirador unas cuantas monedas y un cono de metal re- luciente, del diámetro de un dado. En vano un chico trató de recoger ese cono. Un hombre apenas acertó a levantarlo. Yo lo tuve en la palma de la mano algunos minutos: recuerdo que su peso era intolerable y que después de retirado el cono, la opresión perduró. También recuerdo el círculo preciso que me grabó en la carne. Esa evidencia de un objeto muy chico y a la vez pesadísimo dejaba una impresión desagradable de asco y de miedo. Un paisano propuso que lo tiraran al río correntoso. Amorim lo adquirió mediante unos pesos. Nadie sabía nada del muerto, salvo “que venía de la frontera”. Esos conos pequeños y muy pesa- dos (hechos de un metal que no es de este mundo) son imagen de la divinidad, en ciertas religiones de Tlön.



Jorge Luis Borges
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius
Ficciones, 1944.



Tal vez el hombre un día golpeó una piedra con la otra y pensó que la piedra podría ser una herramienta. Y la piedra dejó de ser piedra y se volvió herramienta. Tal vez Sonnia un día golpeó una piedra con la otra y pensó que sonaba a herramienta ¿Y la piedra dejó de ser piedra y se volvió herramienta? No. La piedra dejó de ser piedra y la herramienta dejó de ser herramienta. La piedra cambió su forma y la herramienta su material y ambas perdieron su ser piedra y ser herramienta. Ambas son algo más de lo que ellas mismas son.

De la Llave Mixta de Sonnia me queda la sensación de sostenerla en la mano y sentir la incoherencia de su peso con respecto a su forma. La alteración del objeto útil no sólo da pie a la extrañeza y al engaño; la alteración del peso de la herramienta, un gesto simple, parece tener una potencia extraordinaria. Sonnia juega con los objetos, es consciente de su apariencia, sus propiedades físicas, su utilidad y su simbología. Los cuestiona, los cruza, los modifica, los crea. A través de estos gestos simples, los objetos adquieren la posibilidad de ser algo más, así como en Borges, un cono de metal reluciente, del diáme- tro de un dado ... un objeto muy chico y a la vez pesadísimo es una imagen de la divinidad.

Sandra Castro.